Una final mas se jugó en la Ciudad de México, en el pequeño pero vibrante estadio "azul", es ahí donde se llevó a cabo el partido de vuelta.
Con un marcador global de 4-6 favorable a los "rayados del Monterrey" es como se corono este equipo que nos dejo un exquisito sabor regio.
Con un marcador global de 4-6 favorable a los "rayados del Monterrey" es como se corono este equipo que nos dejo un exquisito sabor regio.
Los rayados salieron con esa mágica inspiración que desde el cielo Antonio de Nigris, o mejor dicho el "tano" les inyecta a cada uno de ellos, saben o por lo menos sienten que hay alguien que desde el mas allá les envia energías positivas.
La afición regiomontana lo vive con lágrimas de emoción al saber que su equipo ha conquistado su tercer titulo en la historia, se saben satisfechos del apoyo que les brindaron durante todo el torneo, ganadores por esa tenacidad que demostraron a lo largo de los meses.
Es una ocasión ideal para reconocer al digno muy digno campeón del futbol mexicano, de aplaudir la intensidad y esmero con la que vivieron los dos partidos, de mencionar el encanto que los rodeo en todo momento, de felicitarlos por su acato y lucha constante.
En el Cruz Azu los únicos perdedores fueron los seguidores, esa noble afición que a capa y espada defiende los colores de su equipo, los que con mucha suerte lograron conseguir un boleto para la final, ellos que hicieron el sacrificio económico para estar ahí presentes en ese momento que pensaban seria la gloria, porque se suponia ya era hora, 4 finales y 12 años sin título no eran en vano, sin embargo la historia fue la misma de siempre, los presentes azulinos salieron una vez mas desilucionados de su "maquina", fue notorio que al equipo le faltó corazón, garra y sed de victoria.
Es doliente ver a esa afición abatida guardar sus banderas nuevamente en una final, pareciera que para ellos la historia se repite una y otra vez, esas caras tristes en un estadio local que debería ser una fiesta, esas celebraciones que se posponen quien sabe hasta cuando, hay en ellos un silencio tormentoso.
Es lamentable que la directiva del Cruz Azul no se de cuenta de la gran afición que los cobija, que no comprendan que ha llegado el tiempo de corresponderles con triunfos, que aquellos jugadores que solo cobran su quincena sin importarles el resultado de cada partido están dañando al plantel, ya es hora de echar afuera a todos aquellos que no se comprometan, a los que no tengan esa mentalidad ganadora, es momento de cambiar en nombre de la incondicional, ferviente y apegada afición...
Es doliente ver a esa afición abatida guardar sus banderas nuevamente en una final, pareciera que para ellos la historia se repite una y otra vez, esas caras tristes en un estadio local que debería ser una fiesta, esas celebraciones que se posponen quien sabe hasta cuando, hay en ellos un silencio tormentoso.
Es lamentable que la directiva del Cruz Azul no se de cuenta de la gran afición que los cobija, que no comprendan que ha llegado el tiempo de corresponderles con triunfos, que aquellos jugadores que solo cobran su quincena sin importarles el resultado de cada partido están dañando al plantel, ya es hora de echar afuera a todos aquellos que no se comprometan, a los que no tengan esa mentalidad ganadora, es momento de cambiar en nombre de la incondicional, ferviente y apegada afición...
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